Diversos tópicos relacionados con la cartera de proyectos estratégicos de la Universidad de Antofagasta, fueron presentados en la última mesa intersectorial desarrollada por la casa de estudios y su Dirección de Vinculación con el Medio y Extensión, instancia a la que asistieron representantes de organismos públicos y privados.
En ese contexto, la directora de proyectos de desarrollo institucional del plantel, Marcela Bahamondes, presentó un estudio de percepción que se encuentra en ejecución, refiriéndose a la importancia de la información que se quiere obtener.
“Nos permitirá conocer las necesidades del entorno productivo, industrial, educacional y del público. Este estudio nos faculta para potenciar y evaluar más posibilidades de colaborar con la comunidad en la formulación de proyectos que atiendan a estas necesidades. Ese objetivo, es importante transmitirlo en este tipo de instancias, porque podemos captar la opinión de todos los actores que aquí se convocaron”.
Aporte fundamental.
Por su parte el seremi de educación, Hugo Keith, destacó la importancia de instancias vinculatorias como la mesa de trabajo, definiéndolas como “fundamentales”, ya que su aporte beneficia no solo a la universidad, sino que también a las instituciones externas.
“Por medio de estas actividades se pueden conocer los procesos desarrollados al interior del plantel, permitiendo a los públicos concernidos aportar desde nuestras posibilidades hacia el mejoramiento de la universidad”, sostuvo.
Por su parte, y desde la misma perspectiva anteriormente expuesta, el vicerrector económico de la institución, Milton Urrutia, hizo referencia al nivel de bidireccionalidad en la vinculación que se logra con iniciativas como la mesa intersectorial y lo positivo que es para los procesos de desarrollo de la Región.
Al finalizar es importante destacar que esta es la décima mesa intersectorial UA, que se desarrolla desde su génesis en el año 2016 y tiene proyectada una décimo primera convocatoria para noviembre de este año.
El centenario inmueble, ha albergado durante más de medio siglo las artes escénicas, el folclor, la danza y diversos talleres en pos del desarrollo de nuestra comunidad.
La noticia fue recibida con alegría por el mundo artístico local, la añorada restauración del Teatro Pedro de la Barra se hará realidad producto de la incesante gestión de la Universidad de Antofagasta (UA) y el apoyo de las autoridades del gobierno regional en un reconocimiento al respaldo que la vieja casona representa para la actividad cultural de nuestra ciudad.
Pero para dimensionar la puesta en valor de su restauración, debemos remontarnos a la génesis del teatro como actividad cultural popular en el norte del país, y como la existencia de este inmueble ayudó a la profesionalización de una disciplina, que se sostiene firme hasta nuestros días, prolongando su legado hasta la actual carrera de Artes Escénicas de la UA.
Historia
El teatro en el norte de nuestro país extiende sus raíces a finales del siglo XIX e inicios del XX. Nacido en el intento de ilustración que vivió la clase obrera debido al esfuerzo de algunos pensadores políticos de la época por dirigir las energías negativas, producto de las malas condiciones y abusos que los obreros vivieron en el periodo de la “Epopeya del salitre”, hacia un despertar cultural en el que el trabajador luchara por sus derechos.
Bajo esta premisa las artes escénicas como expresión popular, no estuvieron ajenas a los procesos sociales de principios del siglo XX, siendo a la actualidad una de las disciplinas artísticas de más larga data en las 2 primeras regiones de nuestro país. A nivel nacional el teatro tuvo una azarosa vida producto de los devenires políticos de principios del siglo pasado, logrando su reconocimiento como expresión cultural, al ser tomado al alero de las universidades en la década de 1940.
El teatro en Antofagasta
En el caso de nuestra ciudad el camino a la profesionalización de las tablas, llegó paulatinamente tras el nacimiento, en el año 1962, del “Teatro del Desierto”, proyecto artístico cultural de un grupo de alumnos del Centro Universitario Zona Norte, el que posteriormente sería la sede Antofagasta de la Universidad de Chile.
La agrupación, al poco tiempo de su creación cambió su nombre a “Compañía de Teatro de la Universidad de Chile, Sede Antofagasta”, lo que le permitió ampliar el carácter localista y posicionar al elenco a un nivel artístico nacional.
Para 1981, por la fusión de la Universidad Técnica del Estado y la Universidad de Chile, pasó a denominarse, hasta hoy en día, Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta, sosteniendo como punto neural de las artes escénicas, el inmueble ubicado en la intersección de calles Baquedano y Condell, originalmente construido para el funcionamiento de la Escuela de Niñas de nuestra ciudad, para posteriormente ser conocido como “Teatro Pedro de la Barra”.
Teatro Pedro de la Barra
La relación entre la actividad teatral y el edificio, declarado Monumento Nacional en noviembre de 1985, se remonta al año 1966, período en el que el Colegio Universitario Regional de la Universidad de Chile, comenzó a hacer uso de sus instalaciones para el funcionamiento del Departamento de Artes Escénicas.
En sus dependencias, se desarrolló durante 2 décadas la fructífera labor teatral de la casa de estudios, la que estuvo bajo la dirección del dramaturgo Pedro de la Barra, él que le dio el carácter profesional a la disciplina en nuestra ciudad, hasta su exilio en 1974. A partir de 1982 el inmueble fue denominado Teatro Pedro de la Barra, en su homenaje, al ser ese año cedido definitivamente a la UA.
Restauración
Con más de una siglo de ser erigida y más de cinco décadas albergando la actividad teatral, la desvencijada locación ha sido objeto de variados intentos de refacción producto del esfuerzo de la Compañía de Teatro de la UA, por mantener el preciado espacio de encuentro y desarrollo de las artes escénicas locales.
El definitivo impulso para su restauración se remonta a las gestiones desarrolladas en el año 2012, por medio del proyecto “Teatro Pedro de la Barra”, en el que la Universidad de Antofagasta, con el apoyo del Gobierno Regional, instituciones públicas y la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP) llevó la propuesta ante el Consejo de Monumentos Nacionales, para su recuperación.
Tras las gestiones propias de un proyecto de largo aliento, en julio de este año, atendiendo el beneficio de potenciar la cultura y las artes escénicas en nuestra ciudad y en la Región, los analistas de inversiones de la Seremi de Desarrollo Social y Familia dieron la Recomendación Satisfactoria (RS) al emblemático proyecto de remodelación, el que significa una inversión superior a los 3 mil millones de pesos.
Importancia cultural
“Desde los años de Pedro de la Barra, el teatro como actividad ha tomado un valor muy importante en lo que se refiere al desarrollo cultural de la ciudad y la sala del teatro que ha sido parte fundamental de este quehacer, se convierte en la piedra angular de su existencia, haciendo las veces de casa matriz del movimiento teatral en la Región”.
Así lo expresó el director de la Compañía de Teatro de la UA, el actor Raúl Rocco, manifestando que el hecho de que el edificio sea motivo de restauración y puesta en valor apunta a una extensión del mundo de las tablas en nuestra ciudad, el que tiene eco en la existencia de la Carrera de Artes Escénica de la UA.
Respecto a esto el coordinador de la carrera, Alberto “Beto” Olguín, plantea que la inquietud por la restauración del “Pedro de la Barra” nació hace 2 décadas tanto de parte de los directores de la compañía, como del elenco de actores, así como también del público que lo que frecuenta y los participantes de los talleres que hacen uso de las dependencias.
“Sentíamos que después del aluvión (julio 1991) se vio considerablemente afectado y siempre se hizo un intento por recuperarlo, por el hecho de que es un esquina muy importante del centro de Antofagasta, es un lugar donde confluyen todo tipo de personas sin distinción, es un espacio abierto a la comunidad, del que hacen uso tanto el teatro, como el folcore y la danza, también como sede del zicosur.” Destacó el actor.
Junto a lo anterior Olguín hace referencia al triángulo cultural del centro de nuestra ciudad que esta compuesto por el Teatro Municipal, la Biblioteca Regional y el Teatro Pedro dela Barra, como un faro cultural en medio de la bohemia nocturna del sector.“La restauración del teatro es un aporte en todos los aspectos, primero por la carencia de espacios teatrales en la ciudad. Nosotros como carrera tenemos algunas clases de actuación en el Teatro Pedro de la Barra, por lo tanto ese mismo espacio reformado será espléndido. El teatro, la sala, como espacio, que a la vez es un mundo en si mismo, es fundamental para el desarrollo artístico cultural de Antofagasta”.
(Noticia escrita por Luis Labarca, Periodista Universidad de Antofagasta)
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